De Arinaga a Vargas apenas nos separan unos 6 kilómetros de caminos y pistas de tierra. Subidas, bajadas, bastante llaneo... Se puede improvisar el camino por la cantidad de vías que hay abiertas por los 4x4 y las motos, solo hay que tener claro el rumbo a seguir. Lo que añade dificultad y más si es en verano es el Alisio. Hay momentos en que malamente se puede avanzar por la fuerza del viento si te da de frente, pero es cuando te da de lado cuando de verdad pone a prueba nuestro equilibrio teniendo que poner peso en la rueda delantera para que ésta no despegue del suelo y evitar el tortazo.
A la vuelta todo cambia. Subes las cuestas como si fuera llaneo y hasta te puedes dar el lujo de elevar el torso para hacer de vela y conseguir más empuje.
Bajando hasta el polvo que levantan las ruedas te adelanta y lo que en la ida era un silbido constante en los oídos a la vuelta es el placer de poder escuchar las ruedas pisar el suelo, los frenos y la transmisión.
Esta es HDR.
1 comentario:
Como siempre me encantan tus fotos macho!!
Bravooo!!!
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