miércoles, 29 de octubre de 2014

Vacaciones Les 2 Alpes bikepark

Siempre he sido amigo de trabajarme las subidas y no tanto de los remontes. Pienso que se saborean mucho mejor las bajadas cuando has sudado para llegar a lo más alto pero llegó el día en que había que probar eso de los bikeparks. Ya puestos había que hacerlo en uno de los mejores del mundo y de paso que fuera en Los Alpes para matar dos pájaros de un tiro...

 
Cuando me plantee en serio un viaje de este tipo se me ponían los pelos de punta. Ir a Los Alpes siempre fue uno de mis sueños y si todo salía bien pronto lo iba a conseguir.
Muchas fueron las opciones que barajamos para el lugar de residencia, incluso llegamos a plantearnos el pasar 5 días en un lugar y otros 5 en otro pero finalmente vimos que la mejor opción era quedarnos en Les Deux Alpes, ya que allí está uno de los mejores bikeparks del mundo teniendo además el de Alpe D'Huez a menos de una hora por lo que podíamos ir alternando entre uno y otro.



Cuando vas en el coche atravesando toda la llanura francesa estás deseando que empiecen a aparecer esas montañas soñadas desde que era pequeño. Al llegar a la ciudad de Grenoble los carteles de las carreteras ya empiezan a mostrar los nombres de lugares míticos del ciclismo. Apenas un poco más adelante ya se empiezan a vislumbrar entre las nubes las altas montañas, los cerrados valles y los picos nevados en lo alto. ¡ Dan ganas de hacerle fotos a todo!
Empezando a subir el puerto que lleva a Les Deux Alpes se van viendo las curvas de herradura numeradas y con carteles de marcas ciclistas y es que sin saberlo nos íbamos a encontrar con que esos días se celebraba el Crankworks todo un evento de nivel internacional de la bicicleta de montaña. Tuvimos a esos chalaos haciendo mortales con las bicis justo debajo del balcón, disfrutando además de un ambientazo durante el primer fin de semana bastante curioso cuanto menos.

Llegar al pueblo y encontrarte todos aquellos teleféricos llenos de ciclistas, aquella cantidad de caminos con una pinta increíble, esos picos nevados tan altos...
Estábamos deseando sacar todo los equipajes, montar las bicis y que pasara rápido la noche para catar aquellos sinuosos caminos al día siguiente.






Allí te lo ponen fácil, elegimos el forfait de 6 días con uno gratis en Alpe D'Duez. Todo el pueblo se vuelca con el tema del bikepark. La simbiosis es perfecta, nosotros gastamos pasta y ellos montan el cielo de las dos ruedas con tacos. Si quieres una cerveza a 3000 m de altura pues te ponen una terraza allí y si te gustan los caminos con el suelo tan duro y limpio que al rodar suena como si fuera asfalto irán a pisar y limpiar los caminos cada noche. ¡Un día vi una piedra fuera de sitio bajando a toda leche y casi me dan ganas de ir a la oficina a comunicarlo! Es irónico...


Salir del apartamento con todas las protecciones puestas sabiendo que no vas a dar un pedal cuesta arriba en varios días se hace difícil de imaginar. Te puedes ahorrar la tija telescópica. ¡allí se va a bajar!
Las bicis las equipamos con las gomas más blandas y gruesas que les cabían. Pastillas de freno de repuesto que no falten y el sillín abajo para lo que queda de vacaciones...


Dar las gracias a Janet por sus fotos para completar un poco las mías y dejar un poco mejor el artículo.






















Esta es la cara que se te queda tras la 2ª bajada de Venosc...



Los "extraterrestres". Allí te encuentras con tipos con pintas muy raras. Casi nos partimos de risa viéndolos bajar en fila a toda velocidad con los trajes de agua, que además son todo un acierto en días de lluvia.


Vistas desde el Jadri Express, el mayor de los teleféricos de la estación. Sube muy alto...
...tan alto que arriba hay nieve.

El Jandri I te deja a 2600m y luego puedes coger el Jandri II hasta los 3600. Una burrada.


















Mientras vas en los telesillas puedes ver a la gente haciéndose sus bajaditas.



Las bicis van de mil formas distintas. Ellas encantadas y nosotros más si cabe...









Mil pasarelas de todo tipo. ¡Buenos carpinteros los de allí!








Relajando donde tampoco es que haya mucho estress.



Venosc es precioso. Siempre llegas allí hiper excitado tras la pedazo de bajada (roja). Una de las veces decidimos dar una vuelta por el pueblo pues de allí solo habíamos visto el telecabina una y otra vez.
 


Tras un día entero haciendo bajadas de todo tipo en las que predominaba un flow que ni en sueños conocía decidimos hacer una con paradas para poder tomar algunas fotos con la luz dulce del atardecer alpino. Por supuesto, al llegar abajo aunque con las manos y cuerpo doloridos ya de "tanto disfrute" decidimos hacer una mas... allí nunca hay suficiente por mucho que ya ni puedas agarrar el manillar.

Eso de bajar sin casi tener la bici derecha engancha más de lo que uno se cree. Estampar la bici de un lado a otro en los peraltes inclinando hasta encontrar los límites da un gustito...






Hay rincones en los que dan ganas de sentarse a ver las nubes bailando durante todo el día.





Tremenda la 666 de color rojo que casualmente no es la que se ve tras el cartel.



En julio se hace de noche más allá de las 10 y los remontes cierran a las 8. Los días se pueden aprovechar muy bien sin necesidad de grandes madrugones.




Esta es la vista de una de las bajadas "de enduro" de la estación. Personalmente una de mis favoritas.




Esto es un WALLRIDE. El ruido al pasar por el es adictivo jeje




Janet venía de ganar (el fin de semana anterior) la prueba del campeonato de España de enduro así que estaba bastante fuerte y fina bajando. Un lujo hacer los viajes con ella y tenerla de modelo para las fotos.









Uno de los camiones de la feria del Crankworks.






 





Telecabinas de Alpe D'Huez.



El helipuerto está ahí por algo. Cada día vimos rescates en helicóptero, algunos días hasta dos veces. Casi siempre era por la tarde y es que es fácil sacar conclusiones. Por la tarde se está más cansando y es cuando más te juegas la galleta. Todo el día bajando hace que te crezcas a nivel de pilotaje pero a nivel físico vas para atrás pues ni los brazos responden igual ni la cabeza tampoco.
Da auténtico cague ver el camino temporalmente cerrado porque los del helicóptero se están jugando la vida en vuelo estacionario justo al lado de un risco (un risco de Los Alpes) para poder llegar al pobre accidentado.

Más de una vez íbamos bajando y nos encontrábamos una bici aparcada a un lado del camino. Seguías bajando y ya te veías al ciclista agarrándose un brazo probablemente partido. En el mejor de los casos te puedes dar el zarpazo y al menos irte caminando.
En el extranjero hay que sacarse la Tarjeta Sanitaria Europea para tener cobertura médica, además conviene pagar un poquito extra con el forfait para el seguro médico y de rescates. Vamos a estar todo el día bajando así que el boleto para una buena caída lo tenemos comprado.



El espectáculo de las nubes al atardecer es impresionante.



El ambiente en los locales es curioso. Hay una mezcla de montañeros y ciclistas de todas las nacionalidades.


En todo el pueblo se respira ciclismo.

Estamos a casi 1800 m de altura y el cielo nocturno se deja querer pese a la contaminación lumínica.