Dos días antes empezaron a dar mal tiempo para el "día X" así que lo que hice fue buscar 3 posicionamientos alternativos según pudiéramos ir viendo cuál sería el mejor para no mojarnos y tener la noche lo más plácida posible. Finalmente tuvimos que coger el mas céntrico para asegurarnos buen clima. Tras quedar conducimos los coches hasta el punto de encuentro y aunque con un poco de miedo ya que llovía algo sí que pudimos comprobar in situ que no había nada de viento y que las nubes aunque amenazadoras estaban respetando. Las mochilas iban más cargadas que nunca es la primera vez que le pongo tantos aparejos exteriores a la Evoc FR Trail y respondió bien al abuso aunque a decir verdad casi no podía ni subirme a la bici.
La subida hasta el lugar elegido fue un auténtico suplicio. Montamos todo lo posible pero caminamos unas dos terceras partes del trayecto. Lo bueno fue al llegar arriba y ver que seguía sin hacer aire y sin llover aunque con una temperatura de 10 grados. esto no iba a ser problema ya que llevábamos mudas de ropa seca y bastante abrigo así que montamos la caseta, y a cenar que ya era hora y el camino nos dió hambre. Óliver trajo una pequeña "camping gas" gracias a la cual pudimos comer caliente el primer plato, un suculento cocido madrileño cuyo olor inundó la zona gracias a que no corría el aire. ¡Hasta postre tuvimos!
Luego nos pusimos a hacer fotos para hacer algo de tiempo al final acabamos por acostarnos en torno a las cuatro y media de la mañana.
Apenas pudimos dormir unas dos horas largas pero valió la pena ya que al amanecer tan sólo asomar la cabeza por la puerta de la caseta pude ver esta maravillosa estampa. Lo primero que hice fue coger las cámaras para sacar alguna foto aún con el cuerpo metido en el saco. No quería que esa luz se me escapase, que para eso había cargado unos 3 kilos de material fotográfico hasta allí arriba.
Estaba nublado casi no se veía el sol así que el tema del eclipse no fuimos dejando para mientras bajábamos esperar que hubiese algún claro. Bajando con las bicis pudimos sacar fotos y Óliver susto más para el vídeo así no hay entre tuvimos y entre charla y charla llegamos abajo del todo.
La expedición salió perfecta y volveríamos a hacerlo encantados aunque sólo volviéramos a ver el eclipse durante apenas unos minutos en un claro entre las nubes.
Tengo que dar las gracias a Yoni por dejarme el objetivo de 300 milímetros para la ocasión. Finalmente me sirvió de ayuda aunque no para el eclipse sí para sacar diversas tomas. A continuación les dejo con mis fotos y el espectacular vídeo de Oliver que cada vez lo hace mejores y más rápido.
Aqui debajo tenemos el vídeo de Óliver. Menudo máquina...y menudo compañero de aventuras...
Eclipse de Nubes from OliverMM on Vimeo.
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