Hoy me dieron ganas de hacer Los Alfaques pero no sabía si subirlos con la bici al hombro o subir por la pista de Las Haciendas. Finalmente decidí subir dando pedales que falta me hace y así castigo menos mi pobre espalda.
La bajada es gloriosa. ¡Todas esas curvas de herradura son puro placer!
Pongo algunas fotos de la cámara pequeña y del móvil.
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