El lunes, todavía al alba, me fui a Montaña Alta con el fin de improvisar una ruta por allí. Por el camino, mientras conducía fui planeando el recorrido. Hacía muchos años que no hacía alguno de los caminos y no sabía en qué estado los iba a encontrar.
Tuve que esperar a que amaneciera para poder empezar la ruta. Esto no fue problema ya que tome café con los paisanos en el bar del pueblo. Allí me contaron del “agua serenita” caída días atrás y también del fuerte viento que azoto esta zona de la isla.
La carretera estaba húmeda, las luces empezaban a asomar y la temperatura era mucho mas agradable de lo que me esperaba a estas alturas.
Poco a poco se va cogiendo calor. La tierra resbala y hay que controlar para no perder tracción en algunas zonas.
El bosque va dando paso a praderías y estas de nuevo al bosque. De la arcilla se pasa al picón. El Montañón Negro me espera y un bocata también…
Me molestó parar aquí, pero esta foto había que hacerla!
Ya en el Montañón negro. Solo había que subirlo y creanme, se disfruta mucho mas bajándolo.
Momento bocata. La soledad, cuando es uno quien la elige no tiene precio.
¡Vaya caminazo!
Increíble visión...es que tan temprano y con la atmósfera tan clara...
5 comentarios:
Que buenas las nubes en la foto del montañón negro, preciosa la fota, enhorabuena
Gracias Alberto. Yo creo que es de las mejores y como dices las nubes quedaron guapas.
Era demasiado temprano cuando subia y en la bajada ni pare del flipe ;-)
muy nuenas las fotos, no sabia que hubiera ovejas por esas zonas, lo cierto es que todo tan verde no parece que sea en la isla.
saludos
Pues si, Javi. Es zona de ovejas mas que de cabras o vacas.
Alli ha caido bastante agua y esta tierra es agradecida. Enseguida se pone verde.
Tengo un nuevo reportaje en el caldero. A ver si lo pongo mañana...
impresionante las fotos y las rutas, llevo tiempo siguiendo esta pagina y ya me e animado a sacudirle el polvo a mi vieja Orbea, e intentar hacer algo de esto, pero claro esta a mi ritmo, bueno felicidades por tú blog y gracias por compartir. Basilio Guerles
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