Hace un par de semanas, mientras bajaba por Cercados de Espino de vuelta de Soria, me adelantó esta pareja. Yo bajaba por ese falso llano a unos 37km/h a ritmo sostenido. El aire de cara y mis piernas castigadas durante la subida me dejaron estancado a esa velocidad. Al rato me pasan estos dos. El tirando y ella a rueda. Eleve mi velocidad hasta alcanzar su rebufo para bajar más rápido y cómodo...
Durante varios kilómetros me quede flipado del ver rodar esa bici de 3 ruedas. ¡A 43km/h nos llevaba este señor con la fuerza de sus brazos! Fuimos unos cuantos kilómetros así hasta que ella me hizo señas de que se apartaba a un lado. Estaba reventada. Yo apreté un poco más y me puse a rueda del triciclo. Fue entonces cuando flipé de verdad. Iba con la bandera literalmente en mi nariz, justo entre los cuernos del manillar y alucinando de ver y sufrir la potencia de aquellos musculados brazos.
Seguíamos a esos 43 por hora. ¡Pero en este momento ya no iba a rueda de nadie! El triciclo va literalmente a ras de suelo y cuando vas detrás te das cuanta de que no ganas nada yendo a rueda. No te "corta" el aire. Casi me revienta el tío a mi también...
Hice de tripas corazón para adelantarlo e imprimir un ritmo superior durante un rato y así poder sacar una foto. El debió bajar la velocidad lo justo para que su acompañante llegara.
Una experiencia bastante curiosa...
Alucinante. (Alberto)
ResponderEliminarYo tambien lo pense, por eso pense que merecia ponerle una nota aqui...
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